Crear Valor consiste en la aplicación selectiva y práctica de los
principios de mejora operativa, con un enfoque de cambio cultural, o mejor, de
alineamiento corporativo con esos principios.Lo esencial en la filosofía de trabajo de un consultor consiste en poner de manifiesto
que sólo cuando se evidencia qué debemos cambiar para llegar a donde nos hemos
propuesto, estará todo el cuerpo empresarial está preparado para asumir cambios. Y además lo
hará en la dirección correcta.
Llegado ese momento será preciso adoptar las
herramientas precisas para ver con claridad todo cuanto no añade valor,
interfiere con los objetivos estratégicos, o produce problemas, pero en realidad esa es la parte fácil. Imprescindible, pero fácil en comparación con ese Click! que hace que directivos, ingenieros y personal de planta asuman la necesidad de dar un paso decisivo en un momento dado. El enfoque LEAN (traducible como Esbelto, o Ajustado) permite lograr esto de
modo consistente con la cultura empresarial de cada uno, porque se basa en la
lógica, y ésta es universal. Por eso es el mejor camino hacia la Excelencia.
Dentro de las mil y una formas de abordar la mejora organizacional, tal vez la mejor sea la que se centra en el ejercicio progresivo de tres ejes independientes pero
concordantes:
1. La Perspectiva del Cliente: ¿Qué valora el cliente del
producto o servicio que se le ofrece? Es necesario aprender a ver esto, porque
lo demás es desperdicio,
2. Los Indicadores de Rendimiento: ¿Cómo monitoriza la
Dirección el desempeño de los procesos de la empresa? Nuevos KPI’s de están
demostrando ser más reveladores en la monitorización de la Cadena de Valor,
3. La Solución de Problemas: Los problemas recurrentes están
ahí para abrirnos los ojos; es preciso aprender a solucionarlos de raíz, y eso
requiere metodología y un lenguaje común.
La idea general el pensamiento LEAN (Lean Thinking) es que todo el cuerpo
social de su
empresa a sus diferentes niveles, adquiera una forma concreta de
mirar sus propias actividades basada en la perspectiva del cliente y lo más
libre de errores posible. Esto es tan importante porque productividad es
precisamente eso.
Así, un proyecto de consultoría en general, pero de creación de valor en particular, debe entenderse necesariamente como una sucesión de pasos tan bien encaminados como
justificables uno a uno, ya que sólo de este modo se puede transmitir confianza
en la validez de la Mejora Continua. Por eso, cada acción debe llevar siempre emparejados sus
propios fines y su propia formación en las herramientas justas y apropiadas
para lograrlos, desde dentro y por quienes se debe; por los titulares del
conocimiento del negocio.